‘Mea culpa’ de Artest (y mucho más)


Al paso que va no habrá nadie al que le parezca extraño que paseen en procesión una imagen de Ron Artest en la Semana Santa de LA. La redención de Ron-Ron está llegando a unos límites tan absolutos que dentro de poco Phil Jackson pedirá su beatificación y le construyan una catedral en Bervely Hills. ¡Madres del Mundo, presenten a Artest a sus hijas casaderas, que es un primor! El alero angelino volvió al lugar del crimen, al banquillo del botellón, del United Center, y respondió sin pelos en la lengua (supongo que los tragos de coñac le depilaron en su día su apéndice más afilado) a los temas del día en la visita triunfal de los Lakers a Chicago, el equipo que lo drafteó y, según él, la ciudad donde se descarrió. Parece que el psicólogo al que va desde este verano está haciendo muy bien su trabajo. Supongo que es el Dr. Anillo de Campeón y su enfermera Philly ‘domador de fierecillas’ Jackson.

Empecemos por lo que nos incumbe a los españoles. Gasol se quejó en la derrota en Utah de los pocos balones que le llegaban. En puertatras llegamos a la conclusión (con datos) de que uno de los problemas que justificaban las críticas era la irrupción de Artest en el reparto de tiros, su mayor producción que Ariza. Pues donde antes Ron hubiera mostrado sus galones de ‘gansta’ ante un europeo blancucho, ahora entona el ‘mea culpa’ y levanta la mano como culpable. Qué chico más comprensivo. «Tiene que tener más balones. Tal vez tendría que sacrificar algunos de mis tiros y en lugar de lanzar rápido a canasta mirar antes si Pau está en buena posición y luchando para conseguir la pelota», confesó el ‘chico bueno’ de los Lakers. Sin embargo, Artest, a quien Phil Jackson le dijo que debía ser más egoista en ataque hace unas semanas y alabó su trabajo en Chicago, piensa que Gasol debe tirar más, pero que él no debe tirar menos. «En los últimos cuatro partidos he lanzado más, pero no creo que sea demasiado, solo que podríamos involucrar más a Pau». Además Artest está jugando más al poste.

La prueba de alcoholemia

Artest y Pau, amiguísimos

Dejando a Pau a un lado, la guasa de la noche estuvo presente frente al United, en la licorería donde Artest se compraba el coñac que luego bebía en los descansos de los partidos con los Bulls. Un aficionado de los ‘Toros’ se mofó de la historia y colocó una parcarta cerca del banquillo de los Lakers pidiendo que le hicieran la prueba de alcoholemia a Artest. Hasta un periodista se atrevió a preguntarle si se había pasado esa noche por la licorería, a ver si tenían un 2×1 de calimocho. «En los Lakers hay otro ambiente. ¡Son los campeones del mundo! Aquí hay un ambiente de baloncesto», enfatizó Artest subrayando las diferencias con los Bulls que él conoció.

Ron-Ron sacó su peculiar humor para referirse a otros dos temas candentes. Al ser preguntado cómo lleva su adaptación al sistema del triángulo ofensivo, el alero se mostró totalmente enamorado de una táctica a la que ya ha metido mano. «Es genial. Hasta tuvimos citas y todo. Vino de calidad. Muy romántico. Un montón de besos. Estoy tratando de acostumbrarse a ella y espero que ella me dé su número. Me encanta el triángulo».  Guasón, mi hermano.

Pero la salsa no se le acabó con esa respuesta. Tuvo una cucharada para el Big Ben. Si hace unas semanas se despachaba a gusto en el quinto aniversario de The Brawl y decía que siempre tendría cuentas pendientes con Ben Wallace, ahora Artest echa el freno, viendo que el domingo le toca visitar The Palace de Detroit, y le pueden caer chuzos de punta. Siguiendo el modelo de Mark Cuban, Artest emplaza a Ben a un combate, pero en el ring, no en una pista de básket. «Ben Wallace es un buen tipo. Me encanta su defensa. Podemos luchar en una pelea organizada en pay-per-view, pero definitivamente no en una cancha de baloncesto. No esperamos que ocurra eso».

Tiger, un ejemplo

No se quedó ahí la cosa. ¿Cómo no iba a largar Ron del tema del año en los USA? Los problemas conyugales de Tiger están en boca de todos y tienen su sitio de sobra entre los dientes de Ron. En su blog, le dedicó una carta al golfista, en la que le mostraba su apoyo con frases como estas: «Fuiste un modelo para mi y para mis hijos durante mucho tiempo». El Laker le tiende una mano de solidaridad al golfista y muestra que él también fue infiel, que tuvo un hijo con otra mujer cuando ya conocía a la que ahora es su actual esposa y con la que entonces tenía dos hijos (ahora tiene tres). Artest dice que solo Dios es perfecto y que el resto de los humanos comenten errores, él muchos (unos 50 por el primero que ha hecho Tiger, dice), y menosprecia a todos aquellos que critican a Tiger por su promiscuidad cuando seguro que ellos también tienen mucho que ocultar. Un crack, no me caso de decirlo.

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