El oro de Calderón


No es un detalle cualquiera. Nadal no rompe raquetas. Ni la mayor de las rabias contenidas provoca esa necesidad de destruir su arma de trabajo. Cuenta Toni Nadal, su tío y entrenador, que le negó ese gesto. No podía permitir que como ídolo de masas mande ese mensaje de frustración a sus pequeños admiradores, que seguro no tenían una marca deportiva detrás que le suministre material ilimitado. Una eficaz raqueta puede valer un puñado de centenares de euros, inalcanzables para muchas de las familias españolas en esta economía crítica. Al social había un segundo discurso. Rafa no podía arremeter contra otros y mucho menos contra un objeto por la culpabilidad de sus fallos. No hay que buscar excusas. Cuenta una anécdota que el propio tenista decidió seguir jugando con una cuerda rota en un partido porque realmente lo que tenía que mejorar era simplemente su actitud y su juego.

El libro ‘Prohibido gritar’, de los periodistas Maira Cabrini y Juan José Mateo (Ediciones Turpial), ha sido mi compañero en la playita este verano. Por poco tiempo, tengo que decir. Lo he devorado. Su contenido va ahondando en la importancia de la educación en valores en la construcción de un buen campeón por parte de sus entrenadores. En diez reportajes se presentan casos de deportistas españoles muy reconocidos. Los detalles referidos a Rafa Nadal los he extraído del excelente trabajo de estos autores, que subrayan elementos básicos en la buena educación como el compromiso (Vicente del Bosque), la lucha (Enhamed Enhamed), el equipo (Pepu Hernández), la corrección (Rafa Nadal) o el camino (Edurne Pasabán).

En los recien acabados Juegos Olímpicos de Río, España ha cosechado 17 medallas, siete de oro, quizá la mejor participación desde Barcelona 1992 y Atenas 2004. El medallero marca un abismo entre la gloria y el fracaso. Un precipicio cruel por el que cae todo aquel que no es capaz de engrandecer a la patria. Si eres cuarto ya no sales en el Telediario. Y tampoco en la beca. Ese resultado que depende de tantos factores sigue demarcando los límites de la alegría y la tristeza para los medios de comunicación, directivos federativos y aficionados de andar por casa. Y en muchos casos, en todos los deportes mal llamados ‘minoritarios’, los héroes volverán al anonimato durante cuatro años de barbecho olímpico. Injusto y cruel.

nadal

El otro resultado

Aquellos que nos dedicamos al deporte de formación, que no deformativo, sabemos que los referentes de los profesionales son esenciales para la mejora de nuestros chavales. La copia, la imitación es un dulce anzuelo para los enanos. Si un niño se levanta un día con ganas de imitar la última acción de Pau Gasol o sueña con ser tan grande como Lidia Valentín tendrá un importante aliciente para seguir por el buen camino. Pero aquellos que además pretendemos hacer del deporte un elemento educador, como bien intenta relatar ‘Prohibido gritar’, apuntamos más hacia otros valores que en muchas ocasiones pasan desapercibidas para los focos.

Precisamente creo que Río ha sido uno de los mejores Juegos en este concepto. La señalada como mala organización ha tenido detalles fabulosos para ensalzar las mejores acciones de deportividad de los atletas y sancionar a aquellos que han hecho trampas. La recalificación para competir en la final de fondistas que se lesionaban o se paraban a ayudar o de nadadores que por error ajeno habían saltado antes de tiempo a la piscina me parece que lanza un mensaje claro a todos los jóvenes del mundo: ganar no es lo más importante. Se premia el compañerismo, la justicia, la deportividad y la bonhomía.

La afición no es tonta y capta esas sensaciones. Pocas estrellas empatizan más con la gente como Rafa Nadal. Exhausto es capaz de remontar un set perdido ante un rival. No obtener el bronce no frenó halagos y elogios a su actitud de superación, su esfuerzo casi suicida. Puede que sólo Pau Gasol emita ese tipo de señales de confianza y liderazgo que trascienden el resultado y avivan la admiración. No sorprende que algunos les propongan como próximo presidente del gobierno. Y no nos vendría mal.

El equipo gana al egoísmo

José Calderón ha sido parte activa de los éxitos de sus hermanos mayores de la generación del 80 (él es del 1981). El base ha sido capitán general en los éxitos de la última década, acaparando minutos y protagonismo pocas veces denunciado. Su rendimiento en las últimas temporadas en la NBA, el inevitable paso del tiempo y el aumento de la competencia han reducido paulatinamente su aportación deportiva en la selección. Los Juegos de Río pueden que hayan sido su última gran competición con sus amigos, su familia, con su equipo. Y quizá no haya sido la despedida prometida, soñada. El extremeño apenas ha jugado. Ha sido el tercer base por detrás de Ricky Rubio y Sergio Rodríguez, una decisión que conocía y que fue parlamentada por Sergio Scariolo. Los roles mandaban por encima de las necesidades personales. Calderón, como un gran profesional, conocedor de los mecanismos que hacen funcionar a un equipo y aceptando una realidad sin consumirse en ella, aceptó otro reto: ser líder fuera de la pista, donde las estadísticas no importan. Humildad y sacrificio reza su perfil en twitter.

Su actitud en el banquillo ha sido emocionante, mandando y animando, como sus lágrimas y abrazos en la celebración. Su falta de crítica a la elección de Scariolo es simplemente ejemplar y básica para no resquebrajar la armonia del colectivo o desviar la atención en un momento crítico (dos derrotas y el base titular jugando mal). Choca con rabietas vividas en otros deportes (pongamos que hablo de Pedrito) y que como entrenadores nos encontraremos en el actual entorno de padres que creen tener en casa a una futura estrella.

Con su forma de actuar ante una situación incómoda, aceptando el bien común por el egoismo individual, sumando más que restando, José Calderón nos ha entregado una lección mucho más importante que un metal. Es necesario potenciar esta secuencia más allá de las fotografías del podio. En ella está la esencia real del deporte y los valores que lo hacen una raíz del cambio hacia una sociedad mejor. Lo que realmente debería perdurar de estos Juegos. El verdadero oro para todos. Gracias, Calde.

calderon_rio.jpg

32 comentarios sobre “El oro de Calderón

  1. Totalmente de acuerdo contigo, otra lección más, dentro o fuera de la cancha, del mejor base de nuestra historia… y la verdad es que, visto lo visto, estoy seguro de que nos podría haber ido mejor, al menos en algunas ocasiones, con Calderón permaneciendo más minutos en la cancha. La actitud, el temple y el control total de la situación en la cancha (don de los grandes bases) , son virtudes en las que ni Ricky ni el Chacho consiguen alcanzar a Calde, aunque ya no esté tan joven.

    Saludos.

    1. Hola amigo…

      Como.escribi en el anterior post y en otras ocasiones, creo que era esencial tener solo dos bases en actividad y un tercero por si acaso. Meter a Calderon de dos me parece un remache malo para el equipo.

      Scariolo aposto por dos y dejo al lado a Calderon, cuya respuesta fue espectacular. Quiza Jose hubiera aportado otras cosas, como mas calma que Chacho y mas tiro que Ricky, pero Scariolo tenia que hacer una eleccion y creo que la hizo pensando en lo que el consideraba que era mejor. Yo, sinceramente, hubiera hecho como el.

      Un abrazo, Mo

  2. 100% de acuerdo con su artículo y con los valores que se han de transmitir e imperar en este maravilloso mundo llamado deporte pero en el caso que nos ocupa todo sería bien distinto si no se hubiese alcanzado medalla. Muy distinto, incluso para el gran Calderón que ha tenido que asumir en el banquillo la realidad del deporte de élite.

  3. Si, es verdad que hay que dar esos valores de anteponer un beneficio colectivo antes que el individual. Pero cuando tienes 13-14-15-16 años creo que es mejor repartir minutos, dejar a los niños que participen en cancha, ellos son felices jugando y no deja de ser algo por diversión, hay entrenadores que se obsesionan con ganar, ganar y ganar y chicos que se esfuerzan pero no tienen aptitutud para ser jugadores decisivos se desaniman porque ellos también quieren disfrutar jugando en este deporte en el que se esfuerzan tanto o más como los jugadores estrellas de su equipo

    1. Tienes toda la razón, sin quitarle ni un ápice de grandiosidad a la actitud de Calderón…nada tiene que ver el estar en un banquillo permanentemente a esas edades que describes, mejor es que le digan que cambie de deporte… aún está a tiempo de encontrar el suyo.

      1. Los niños deben jugar. Yo con el ejemplo de Calderon no me refiero a que debemos dejar sin jugar a niños y decirles que es por el bien del equipo. Lo que intentaba dirigir era la idea de que debemos formar a los chicos en estos valores, pensar en el bien comun y no solo en el exito individual o en el triunfo. Y ese es el reflejo de Calderon.

        Los niños deben jugar. El reparto de tiempo debe ser justo, eso si, y una aliciente.

        Saludos

    2. Estoy contigo al cien por cien. Los peques deben jugar, atendiendo a una ley de justicia dentro de la plantilla y utilizando los partidos como premios.

      La linea que intentaba trazar en el post no era tanto que haya niños, como Calderon en los Juegos, que no juehuen nada y sean felices, sino la necesidad de predicar con su ejemplo en el bien comun por el egoismo personal. Sobre todo atendiendo a menores y padres que pretenden requisar todo el merito, todo el protagonismo individual.

      Un abrazo y gracias por el comentario.

  4. Totalmente de acuerdo, mientras estaba leyendo sobre Calderón me estaba acordando de Pedrito además… y justo lo mencionas más tarde.
    Lo de Rafa Nadal es caso aparte… es increíble lo que transmite. Gente que ni siquiera es aficionada al tenis siente sus derrotas como propias, eso lo dice todo. En cuanto a romper raquetas, son cosas que van ligadas a la educación y deben ser cortadas de raíz (cuando se está en edad de aprender).
    Tiene muy buenas pinta el libro, intentaré hacerme con él,

  5. Que este libro lo lea Carolina Marín, ejemplo de que todo vale para ganar, como gritar y tratar de sacar del partido a tus rivales, ser borde con tu entrenador, chulesca con los árbitros…

  6. Vi el enlace a este post en el grupo facebook «Euroliga de baloncesto». No puedo irme sin dejar un comentario 😉 Post muy interesante y bien escrito. Estoy 100% de acuerdo con lo que dices en el post, sobre lo que llamo yo la «la responsabilidad social» de un deportista de alto nivel (bueno, y en general debería ser de cualquier hombre o mujer con una «función de ejemplo para los jovenes»). Gracias.

  7. Estoy de acuerdo en los principios básicos que debe tener un deportista, y en los de Calde en particular. Pero yendo a lo deportivo, me hago esta pregunta, ¿si no hubiera ido a estas olimpiadas, hubiéramos quedado igual? Seguramente sí…. Por tanto, desde mi punto de vista, Scariolo ninguneó a Calderón, y éste aceptó no por él, sino por sus amigos y compañeros. Ya sé que me voy del tema, pero la gestión de la selección masculina de baloncesto me ha parecido nefasta, como si de un club se tratara, se han llevado a 12 jugadores, para luego usar 9-10… Cuando es o debe ser, la selección de los mejores 12 jugadores españoles, no hay cupos, juniors o hijos de… (en muchos equipos los hay…)
    Creo que con otro entrenador, Calderón habría tenido sus minutos importantes, y posiblemente habríamos hecho mejor papel aún.

    1. Buenisima reflexion…

      Creo que quedara en la categoria del y si… No lo sabremos nunca.

      Si creo que, como argumento en el no tan famoso post anterior, que es un acierto generar roles aunque no contentes a todos. El tercer base deberia ser un base mas joven (Vives?) que entrara en dinamica o un tio con un rol muy definido (Sada o el Chacho de Japon). Calde se merecia los Juegos, pero encajar a los tres bases por igual, como vimos en el Mundial, hubiera supuesto un error. Scariolo opto por los otros dos por definicion de juego. Calde creo que es mas completo, pero destaca ahora menos en conceptos que Scariolo pensaba eran mas definitivos para su base. Decision tecnica.

      Un saludo y gracias por comentar

  8. Gracias por compartir este libro y sus valores. Los 10 protagonistas, que Juanjo y yo tuvimos el privilegio de entrevistar son un gran ejemplo para el deporte de este país. En esta web muy sencilla que preparamos hay algunas fotos de cuando los protagonistas eran niños y más información, por si os interesa: http://prohibidogritar.strikingly.com/
    Un abrazo y gracias de nuevo por compartirlo!
    Maira & Juanjo

  9. Esa actitud es elogiable, en cualquier deporte, sin duda.

    En el caso de Calderón aún más, porque hablamos de un gran jugador que aún puede aportar mucho.
    En baloncesto he visto muchas veces, muchas más, esta actitud que en fútbol, por poner un ejemplo.
    Sin duda es porque el baloncesto es el deporte en equipo por autonomasia. En baloncesto puedes ser muy bueno, pero si no cuentas con el resto no tienes nada que hacer.
    Y el alto número de canastas hace que el anotar una no sea tan importante, al menos en el total.

    Aún así, como ya ha comentado alguien, la gestión del banquillo ha sido una lacra, lo siento pero Scariolo no es el entrenador adecuado.
    Pero eso da aún más mérito a Calderón, sin duda, un señor como la copa de un pino. Ya podrían aprender de él mucha estrellita del fútbol.

  10. Hola; Un post genial. Me ha encantado. Solo quería hacerte una apreciación: sí que hay becas ADO para los deportistas que quedan fuera del podio y obtienen ventajas.
    Enhorabuena por el blog. Me lo dejo fichado ;-)))))
    Un saludo.

    1. Muchisimas gracias. Tienes razon con lo de las becas. En un comentario posterior profundizo en este plano deñ debate.

      Un abrazo y gracias por ficharme (espero no defraudar)

  11. Muy buen artículo, enhorabuena. Sólo una pequeña apreciación…….el primer partido de estas olimpiadas, contra Croacia, la actitud de Calderón no fue así, sino al revés, y fue criticada por algún compañero de equipo, lo cuál creo que le hizo cambiar su chip. Si revisas el partido en televisión, ya que en vivo no puede ser ya, jeje, te darás cuenta. Enhorabuena no obstante.

  12. Es cierto, lo de Calde es un gran ejemplo de poner un objetivo común por encima de todo. O también de ser realista sobre tus posibilidades en cada momento. La humildad bien entendida. Buen artículo

    1. Gracias Jose Luis.

      Calderon nos dio una leccion de poner el bien grupal por el individual. No obstante, no creo que eso deba confundirse con conformidad. Luchar por mejorar debe ser un valor intrinsico en el atleta y el ser humano. Mejorar para hacer mejores a los otros, porque genero esa competicion por el esfuerzo que beneficia a todos, y en ella potencio al colectivo.

      Al ser una competicion de recorrido corto y darse menos oportunidades, Calderon acepto ese rol mas paciente y de envoltura emocional con los otros. En una temporada, con opciones para ir a otro equipo, estas dinamicas son diferentes por un factor clave; dinero y prolongar carrera.

      Saludos y gracias por el comentario.

  13. Muy buen articulo, el único pero es que hasta el octavo puesto se concede la beca ADO , lo que no tienes es un premio económico pero los atletas españoles que han conseguido diploma olímpico (entre el 4 y el 8 puesto) tendrán beca ADO los 4 proximos años

    1. Muchas gracias por la aclaración. Sabia que mas alla de la medalla habia beca, pero tambien se que se reduce ese premio, como tu tan bien apuntas. He leido declaraciones de deportistas no profesionales que apuntan a la necesidad de esos podios para poder centrarse en la competicion. He ahi ese apunte que añadia al relato, que ahonda en quiza el criterio erroneo para asignar becas con justicia mas alla de resultados en una u otra competicion. Viendo esto es normal que referentes privados como UCAM Murcia o la Fundacion de Fernando Roig sean soporte de cada vez mas deportistas. Por no referirnos a la desbandada de jugadores profesionales de equipos que tienen que irse fuera de España para cobrar y cobrar con decencia. Siendo el deporte femenino el gran damnificado (seleccion basket o balonmano).

      Saludos y gracias por el comentario

  14. Muy buen trabajo. Muy acertado.

    Sólo una puntualización: la humildad de Calderón la vio en otra persona que todos conocemos: Carlos Jiménez, conocido como el gran capitán.

Deja un comentario