La televisión del (buen) corazón


Esta es la historia de un hombre sincero. Enormemente sincero. Y enorme. Un gran tipo que fue todo corazón en una pista de baloncesto porque no podía ser deshonesto con su forma de sentir. Y quizá no sabe hacerlo de otra forma porque la vida no le ha dado más alternativas que superar todas las adversidades y tirar para delante con todo. O quizá porque es de Bilbao, nacido en Madrid, sí, pero es que los de Bilbao nacen donde quieren. Un gigante que no dejará desprender su mano de aquellos que le acompañan por ese camino de obstáculos, pero que olvidará pronto a los que no le miran a los ojos ni son transparentes, no son lo que muestran su alma. Quizá por eso Iñaki Zubizarreta no olvidó ni olvidará a Toni, que sigue ahí, a su lado aunque hace tiempo que nos dejara. Quizá por todo ello a Iñaki no le dio miedo abrir su corazón, enfrentar su intimidad ante millones de personas en un programa de televisión para reencontrar a la familia de un niño que un día le dio una lección de vida. Esta es la historia de corazones buenos.
Una caída abrió la distancia. Un móvil buceando en el agua. Adiós memoria. Iñaki perdió el contacto con los padres de Toni poco tiempo después de salir de Valencia y de una maldita llamada que nunca debió llegar. Unos meses antes lo habían ido a ver jugar con el Pamesa en la Fonteta. El tratamiento parecía que empezaba a funcionar y Toni quería ir, con la camiseta que Zubizarreta le había regalado poco después de su visita al hospital, a ver batallar bajo los tableros a ese ídolo que le mostró que él tampoco tenía un pelo de tonto. Pero una tarde sonó el teléfono. La madre, María Dolores Castillo, le anunciaba el fallecimiento de su ‘Ángel’, como Iñaki lo llama: «Cuando alguien nos deja, se muere, solo desaparece en el olvido, pero te aseguro que Toni está muy, muy vivo. Jamás nos podremos olvidar de él los privilegiados que pudimos conocerlo y sobre todo los que pudimos compartir esos momentos tan maravillosos con él. Yo le llamo el Ángel que me marcó con su huella».
Retirado desde 2002 en el La Salle de Bilbao y afincado en Getxo, ‘Zubi’ rebuscó con la misma pasión que un rebote en el aire esa pista perdida: llamó al hospital donde conoció a Toni, a instituciones oncológicas en Valencia… pero la ley de protección de datos cerraba cualquier posibilidad al reencuentro. «Después lo intenté con las guías, pero claro, ponte a buscar a Antonio Sánchez, que es el nombre del padre y te puedes sorprender la cantidad de gente que hay con el mismo nombre. Así otra vez la cosa se puso cuesta arriba, hasta que al final ya fue desesperante. Después de este punto ya casi tiré la toalla y pasó un tiempo en que dejé de intentarlo», narra Iñaki al que los últimos años tampoco le han sido fáciles.
Empujado no por la curiosidad sino por esa necesidad «de saber de ellos, comunicarme con ellos, decirles lo que su hijo supuso para mi, lo que me aportó y sobre todo hacerles saber el cariño que le tengo y lo digo en presenté porque el niño siempre ha estado y siempre está conmigo en mi recuerdo, en mi memoria y en mi cariño». Y por otra razón casi igual de importante, por una madre, la suya, que le empujó a atreverse a buscar ayuda en un personaje controvertido, Jorge Javier Vázquez y a un programa de ‘prime time’. Se metió en la web del espacio y rellenó un breve formulario. «En un principio apenas dispones de trescientos caracteres para hacerlo. Sinceramente pensé que no me iban a llamar», dice el que fuera pívot del Cajabilbao, CBZ, Pamesa, Tenerife, Huelva, La Palma… Se equivocaba. Cinco días después recibe una llamada en la que le piden que cuente la historia con más detalles, algo que volverá a repetir ante una cámara en los estudios de Telecinco de Madrid para comprobar la veracidad de los datos y la limpieza de su interés. «La criba fue intensa, pero he de apuntar que todo el equipo del programa y de la productora Magnolia es una gente maravillosa. En especial nombrar a Rebeca Sánchez, Sonia Domínguez, Lorena Galán y África Lafita porque sin duda son increíbles y he de mencionar también a José Antonio Muñoz un hombre muy especial y que me ha marcado mucho», explica Iñaki, que ahora trabaja de masajista y practica el tiro con arco.
Iñaki y Jorge JavierY llegó el día. El programa se grabó el 19 de marzo. Había que pasar por maquillaje y por vestuario, ponerse guapo, y una larga espera con todos los remitentes de mensajes, entre los que, ese día, se encontraba el piloto Jorge Lorenzo y el bailarín Rafael Amargo. Durante todo esta pausa Iñaki solo tenía un pensamiento, saber si María Dolores acudiría a la cita. Nadie le quería decir nada. No hay tongo en la sorpresa en el plató: «Lo único que te dicen antes de grabar es que han encontrado a la persona que buscas pero a partir de ahí, no sueltan prenda de nada. Si han venido al programa, si han dejado de venir… Lo llevan todo en absoluto secreto».
Antes de entrar a escena, nuestro protagonista pudo conocer al conductor del programa, la estrella mediática Jorge Javier Vázquez, polémico periodista del mundo del corazón. Esa es la misma imagen con la que Iñaki se enfrentó a su presentación. «He de reconocer que durante años ha sido un personaje público que no ha sido muy de mi agrado, no me gusta la filosofía de cierto tipo de programas que presenta, ni el papel que le toca representar. Pero sinceramente después de haber podido tener trato con él mi apreciación y mi opinión de él han cambiado por completo. Me ha mostrado que es un profesional como la copa de un pino, un hombre sensible, humano, con buenos valores, respetuoso, llano y cercano. Se ha ganado mi respeto», comenta el exbaloncestista.
Estaba bien entrada la tarde cuando el presentador de ‘Sálvame’ dio paso al plató a un nervioso Iñaki y comenzó a deshilvanar la historia de Toni mientras las fotos de ambos juntos el día que se conocieron iluminaban una pantalla bestial. Zubizarreta asegura que estuvo «a punto de venirme abajo» y que contuvo las lágrimas cuando vio aparecer a María Dolores y ésta narraba los episodios de la amistad y enfermedad de su hijo con el larguísimo jugador del Pamesa con una entereza abrumadora y ejemplarizante. «Me mantuve en todo momento en segundo plano, ese día no era mi momento para nada, era el de María Dolores, una mujer increíble, madre coraje, luchadora incansable y creo que es un ejemplo extraordinario para mucha gente empezando por mi mismo. Estoy feliz de haber podido conectar con ellos otra vez después de tantos años», cuenta ‘Zubi’. Al retirarse el muro ambos se fundieron en un hondo abrazo.  Un torrente de sentimientos que en pocos segundos poblaron con intensidad entre recuerdos. «Tener las fotos con el niño en la pantalla por un lado, el testimonio de la madre por otro, sabiendo que ella estaba presente detrás del sobre, fue muy intenso. Vinieron a mi mente y a mi corazón sentimientos del pasado, el dolor de la pérdida del ser querido mezclado con la emoción de poder reencontrarse con la madre y poder decirle lo que sentía por su hijo después de tanto tiempo. Para mi ha sido un sueño cumplido, con una historia triste de fondo pero al final con un final feliz y con lo que me quedo es con lo afortunado que he sido de poder haber conocido a un ‘Ángel’ de verdad y poder haber compartido un pedacito de su vida. ¡Es muy grande!»
Al apagarse los focos el reencuentro continuó durante diez minutos entre bambalinas. María Dolores había acudido a la capital con su hija Eva, a la que, quince años después –ahora tiene 24–, Iñaki casi ni reconoció. No hubo tiempo para casi nada: intercambiarse los móviles y promesas de un próximo viaje a Valencia. Un punto de partida para reiniciar un contacto que era el objetivo que se había propuesto Iñaki metiéndose en esta aventura televisiva. A las 21:30 abandonó los estudios de Fuencarral. Al día siguiente volvería a su rutina de masajes, gimnasio, cuadrilla…
El reencuentro con María Dolores
El reencuentro con María Dolores
Pasaron dos semanas hasta que el 2 de abril se emitiera ese «Hay una cosa que te quiero decir», el número 43 en su ya segunda temporada en antena. El programa fue uno de los más vistos de ese día, alcanzando un share del 18% y una audiencia media de 2,5 millones de personas. La historia de Toni e Iñaki fue una de las más seguidas al ser  montada al inicio. Las repercusiones a la aparición pública de Iñaki Zuizarreta tras tantos años en el anonimato no tardaron en llegar, aún más cuando al día siguiente ACB.com y Superdeporte se hicieron eco del hecho. Este blog fue muestra de ello. La entrevista biográfica del getxotarra que publiqué hace dos años quintuplicó el número habitual de visitas de esta bitácora. El mundo del baloncesto, si lo había olvidado, rescataba de su memoria a Iñaki Zubizarreta:  «Iñaki Garaialde, Félix de la Fuente, Fernando Romay, José Luis Galilea, Txus Brizuela, Santi Toledo, Santi Aldama, Alex Etxebarria, Mike Hansen, José Calvelo, Nacho Rodilla, José Luis Maluenda, Berni Álvarez, Víctor Luengo, Sergio Coterón, Rubén Vila, Alfons Albert, todos los Veteranos del Valencia Básket, Miguel Ángel Vílchez, Germán Monje, Jofré, David Fernández, Álvaro Fernández, Javier Durango, Xavi Amorós, Juan Carlos García, Martín Labarta…», alinea Iñaki sin querer olvidarse de nadie a todos lo que le han llamado o mensajeado estos días.
No todos lo comprendieron, ni apoyan este tipo de ‘exhibicionismos’ de la intimidad ajena. Algunos dudan de la veracidad de las historias, artículos para hinchar la glándula lagrimal y el share. Los críticos señalan el uso del morbo de observar en la pantalla dramas personales o ven en los invitados a oportunistas con hambre de famoseo. Zubizarreta se defiende con la misma contundencia que lo hacía en la pintura o en los entrenamientos ‘a muerte’ con Ken ‘Animal’ Bannister y Fernando Romay. «Es triste que la crítica destructiva sea el deporte nacional. Hay mucha gente que para tapar sus miserias se dedica a mal meter por aquí o mal meter por allá. Porque animo a la gente que tiene cierta trascendencia pública, como pueden ser los deportistas, para que apoyen más abiertamente este tipo de causas, con niños oncológicos u otras. Yo echo en falta más implicación», lanza este vasco que tiene los mismos pelos en el cogote que en la lengua. Ni uno.
Entonces, ¿por qué exponerse a este juicio y mostrar tan descarnadamente las emociones ante millones de desconocidos? ¿No hubiera sido menos arriesgado alejarse del sensacionalismo televisivo y agotar la vía anónima en su búsqueda? ¿No esconde esta intervención un ansia de volver al primer plano después de muchos años en la penumbra? ¿Quieren una respuesta? Pues agárrense, porque Iñaki Zuizarreta no se muerde la lengua: «No soy partidario para nada el andar aireando, ni vendiendo mi vida privada, porque como el adjetivo indica es privada, pero en este caso creo que es una historia muy humana, muy emotiva y en mi criterio llena de buenos valores tan carentes en estos días en los que sólo nos llegan historias de guerras, atentados, violencia, políticos corruptos y gente de estatus privilegiado que campa a sus anchas con completa impunidad y encima tiene la poca dignidad de tratarnos como gilipollas metiendo recorte por aquí y recorte por allá, hundiendo el país, destrozando familias, destrozando vidas con la burda excusa de que lo hacen para salir de la crisis generada por ellos y sus predecesores por su nefasta gestión y lo único que quieren es mantener sus privilegios a costa del ciudadano de a pie. Creo que la historia de Toni y María Dolores ha podido ayudar a reflexionar a las personas que vieron el programa. Yo solo quiero seguir con mi vida, luchando para llegar a final de mes». ¿Queda claro?
Porque quizá la respuesta quede guardada en ese corazón que bombea con tanta fuerza que es capaz de mover a este tronco de 207 centímetros. O quizá porque Iñaki descubrió que no hay otra forma que luchar de frente por las cosas, lección que aprendió enfrentándose a los malos tratos que sufrió desde su infancia por ser ‘el diferente’. «Me he puesto en contacto con una asociación contra el bulling para colaborar con ellos. Es un tema que me toca muy mucho, que me ha tocado vivir muy en primera persona y si puedo hacer algo para evitar que algún niño no pase por lo que me toco vivir pienso hacerlo. De todas formas aprovecho estas líneas para por sí hay alguien interesado en colaborar o que necesita ayuda puede entrar en www.noalacoso.org«. Puede que esa lucha hiciera que empatizara con más intensidad con ese niño que le sonreía en un hospital batallando también por su vida. Puede que por eso no olvidase ni olvidara a Toni, porque le dio una lección imborrable de cómo afrontar la adversidad, y no le importe exponer sus sentimiento en un programa de televisión, pese a lo que digan, a lo que piensen los demás. Porque seguir luchando por lo que uno quiere nunca es un error. Y más cuando de por medio se cruza la amistad entre dos corazones enormes.
zubiAMISTAD

10 comentarios sobre “La televisión del (buen) corazón

  1. Solo quiero decir una cosa al respecto de la entrevista, porque lo demás ya lo dijo todo Iñaki.
    A los que pudieron pensar que EL buscara una cierta notoriedad utilizando este tema…
    ¡Que pena! porque realmente no conocen al verdadero Iñaki,
    ¡Que pena! porque al que así piensa, no le llegó la emoción y la alegría que sentí
    ¡Que suerte! no haber vivido algo semejante, porque estoy segura que para alguien que perdió a un ser querido, no hay nada mas hermoso que saber que le recuerdan, que su paso por esta vida dejó huella, y recordarle le mantiene vivo.

    TE QUIERO IÑAKI, gracias por haberlo echo, me has hecho muy feliz.

    MARIA DOLORES CASTILLO mamá de TONI

    1. @María Dolores Castillo

      Mil gracias por entrar en Puertatrás porque en nuestros corazones ya lo hiciste cuando conocimos el ejemplo de tu hijo a través de tu fortaleza y su recuerdo.

      Quien vea en la acción de Zubizarreta algún tipo de doblez es un inconsciente, un imbécil o un sin alma. Iñaki no engaña. Es como es. Sin fachadas.

      Un fuerte abrazo,

      Sergio Ruiz @puertatras

  2. Muchas gracias por este post, Sergio. No tuve el placer de ver el programa (no veo mucho la tele y menos este tipo de programas, a pesar de que recientemente lo he visto, a medias, en un par de ocasiones) y me he enterado de todo al leer tu entrada… Grande Iñaki.

    Saludos.

    1. @Mo Sweat

      El post es un intento de ver más allá de los minutos que percibimos en la televisión, el antes y después de la historia, los motivos que llevan a alguien a esa exposición pública de sus sentimientos, siendo además un hombre de baloncesto. Es una descripción de la vida y un ejemplo que nos da Toni.

      Muchas gracias por seguir por aquì, Mo, no sabes cómo lo agradezco.

  3. siento ser el aguafiestas pero es lamentable el artículo, la historia y el programa aunque la intención sea muy noble…

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