La razón real por la que Marbury juega en China


No nos movemos de China. Y seguimos pisando fuerte. Aunque esta vez nos cambiamos las zapas y nos calzamos unas Starbury. Bajo esta marca se esconde una de las mejores cosas que ha hecho Stephon Marbury en su alocada vida: una línea de calzado de bajo coste (menos de 30 dólares) al alcance de aquellos que no pueden gastarse los cuartos en unas Nike o unas Adidas. Tras la estrella que sirve como símbolo a la empresa y que Stephon se tatuó en el craneo, reside el motivo por el que el newyorker se marchó hace unas semanas a jugar en la Liga China. La promoción de esta marca en un mercado con tanto potencial como el chino es la verdadera causa por la que el Loco de Brooklyn se enroló en los nefastos Shanxi Zhongyu Brave Dragons, según desvela un formidable artículo publicado en Sport Illustrated, y por la que no le importaría estar otro añito más en el purgatorio asiático si la cosa funciona. La pela es la pela.

«Quería algo nuevo. Quería jugar al baloncesto para los aficionados chinos. Que fuera parte de mi historia. También estoy muy contento de llevar mi marca a los niños para que puedan al baloncesto si no pueden pagar zapatos caros», dice Marbury en este reportaje de SI. El objetivo deportivo del base es llevar a su equipo al playoff, una realidad complicada porque desde su llegada ha ascendido algún puesto, pero ha falta de diez partidos aún tienen una diferencia de cuatro con el que marca el límite de las eliminatorias. La adaptación del jugador a la Liga parece ir incrementándose a cada partido. Pese a que en su debut solo firmó 15 puntos, en los últimos tres ha elevado su promedio hasta los 33 puntos, 8 rebotes y 10 asistencias por partido y ha elevado el juego colectivo de su equipo.  «Vamos a ayudarle a promocionar su marca y generar oportunidades de negocios en China», dijo Zhang Beihai, gerente general de Shanxi. «Nunca pensamos en que podría venir hasta que se dio la oportunidad. Nos dio una oportunidad después de conocer un estudio sobre el potencial del mercado en China». El propietario de los Brave Dragons no es un cualquiera: un empresario que ha invertido 15 millones de dólares en el equipo en los últimos años y que tiene como constumbre ‘asesorar’ al técnico para elaborar los quintetos y sobre la necesidad de pedir un tiempo muerto durante los partidos.

La popularidad de Marbury en China es grandiosa y se cifra en datos cibernéticos. Desde su fichaje, su cuenta en twitter ha ascendido en 35.000 seguidores. Tras un partido de Pekín, el dísloco jugador tuvo que ver cómo una marabunta de aficionados se agolpaban para recibir su autógrado. En poco más de dos horas, se vendieron 500 pares de sus zapatillas. Sin embargo, parece que los cálculos de ventas no están alcanzando las cifras esperadas para empezar, porque el mercado ya está saturado por marcas estadounidenses como Nike y locales, como Li Nang (la que patrocina a Baron Davis) o Peak, que ha entrado en Estados Unidos gracias a Ron Artest, Jason Kidd o Shanne Battier. Esta última marca ofreció a Marbury entrar dentro de su catálogo de promotores, pero el jugador prefirió mantener su marca pese a que sus socios iniciales hace dos años que se presentaron en bancarrota. Ahora, Marbury busca nuevos socios en China para reflotar su negocio y, de paso, dar los últimos pasos en una carrera que arruinó su cabecita loca.

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